Antiedad, Pómulos, Rostro
Gimnasia facial: ejercicios de levantamiento de pómulos.
Antiedad, Pómulos, Rostro
Los pómulos son el andamiaje de la rostro. Si los mantenemos en forma con el entrenamiento adecuado, envejeceremos más lentamente.
Nuestras abuelas decían: pómulos altos, larga juventud. Y tenían razón. Rostros enmarcados por pómulos fuertes y redondeados resisten por más tiempo los estragos del tiempo, porque estos soportes naturales evitan la flacidez de los tejidos. Tampoco es siempre culpa de la edad, basta con la pérdida repentina de peso para que los pómulos pierdan tono, con las consecuencias que todos tememos: nuestro contorno facial pierde su forma, y esos odiosos surcos nasolabiales asoman sus feas cabezas.
¿Cómo podemos solucionar este problema? Durante muchos años se creyó que el único remedio eficaz eran las prótesis de pómulos. Y las divas de la televisión siguen pensando así, y reaparecen en público tras estratégicas ausencias con pómulos nuevos, relucientes como pelotas de ping pong. Pero más allá de tales excesos, más a menudo perseguidos más para complacer a las cámaras que para complacer la mirada, hoy en día prevalece la lógica conservadora, como en mantener los pómulos que nos dio la madre naturaleza. Por eso, cada vez preferimos más los rellenos a base de ácido hialurónico, que tienen la ventaja añadida de ser menos invasivos.
Gimnasia facial y automasajes: las soluciones más prácticas.
La caída de los pómulos depende de la acción de varios factores: por un lado, la reabsorción ósea debida a la edad, por otro, la reducción de los compartimentos grasos faciales. Pero una de las principales causas es la pérdida de tono y elasticidad de los músculos cigomáticos. Y como todos sabemos, la solución más efectiva para recuperar el tono muscular es hacer gimnasia, preferiblemente integrándola con masajes dirigidos.
Ejercicios de los músculos faciales: premisa.
Los músculos cigomáticos están ubicados entre la oreja y el labio superior y sostienen literalmente el área de las mejillas. Estos son músculos muy delgados y delicados, por lo que es importante ejercitarlos correctamente. Al mismo tiempo, es importante sentir que están siendo ejercitados, así que no tengas miedo de una ligera rigidez u hormigueo durante los ejercicios.
Estos ejercicios se pueden practicar en cualquier lugar y en cualquier momento (por ejemplo, durante los cortes comerciales mientras ve la televisión o mientras conduce). Pero, al igual que hacer ejercicio en el gimnasio, requieren regularidad y compromiso, especialmente si quieres ver resultados en un tiempo razonable.
Ejercicio 1: la gran O.
Es el ejercicio más practicado de la gimnasia facial porque, además de los músculos cigomáticos, estimula todos los otros 56 músculos de la rostro (como referencia, es el ejercicio típico que hacen los actores antes de subir al escenario). Comience bajando los hombros y enderezando la espalda (haga esto en todos los ejercicios). Abran la boca como si estuvieran en el dentista. Empujamos el mentón hacia abajo hasta formar una O, luego cubrimos los dientes con los labios. Mantén la posición durante 15 segundos. Relájese durante otros 5 segundos y repítalo tres veces.
La primera vez que intentes este ejercicio, hazlo frente a un espejo e intenta memorizar los movimientos correctos. Más tarde podrás repetirlo sin dificultad en cualquier situación. Como no requiere la ayuda de las manos, puedes hacerlo fácilmente mientras conduces. Y no importa si los transeúntes te miran un poco desconcertados.
Ejercicio 2: la gran O con masaje.
Misma posición que el ejercicio anterior. Ahora, sin embargo, apoya los codos sobre una mesa y abre las manos en forma de V. Apoyamos la rostro sobre este soporte presionando los pómulos contra la base de las palmas de las manos, y empujamos el torso hacia adelante y hacia atrás como si estuvieramos llorando. La presión de las manos y el movimiento crearán un masaje en la zona de los pómulos.
Esta posición también se denomina “grito de Munch”, porque la posición de la boca y la de las manos parecen replicar las del personaje del famoso cuadro. Es importante que solo practiquemos este ejercicio después de entrenar con el primer ejercicio (la gran O) durante al menos dos semanas: los músculos ya deben estar un poco tonificados y entrenados antes de ser masajeados. Solo así podemos descartar el primer ejercicio y entrenar solo con el segundo.
Ejercicio 3: la sonrisa de levantamiento de pómulos.
No es ningún secreto: una de las fórmulas para mantenerse joven es reír. Al reír, ejercitamos nuestros músculos de la manera correcta: no es casualidad que las personas que no se ríen lo suficiente también tengan una rostro triste.
¿Cómo practicar la sonrisa de levantamiento de pómulos? Estirar la sonrisa en horizontal y estirar un poco hasta que los pómulos se hayan levantado al máximo. Como siempre, mantén la posición durante 15 segundos y luego relaja la rostro durante otros 5. Repite y completa 5 repeticiones. Para hacerte una idea de cuánto están trabajando tus músculos, prueba a tocarlos con un dedo mientras practicas el ejercicio: los sentirás tensos y turgentes.
Ejercicio 4: la sonrisa con el labio inferior hundido.
La primera variante de la sonrisa de levantamiento de pómulos consiste en dejar que los pómulos desciendan ligeramente y mover el labio inferior sobre los dientes, empujándolo hacia el paladar. Aguanta la posición empujando al máximo durante 15 segundos, y ya sabes el resto.
Ejercicio 5: la sonrisa lengua a nariz.
En esta segunda variante, saca la lengua y empújala hacia arriba hasta tocar la punta de la nariz.
Cuando los músculos cigomáticos hayan adquirido tono, también puedes aumentar el número de repeticiones. Pero probablemente no sea necesario: si realiza estos ejercicios regularmente al menos dos veces al día, verá los primeros resultados después de dos semanas.